Corría el año 2009, cuando un grupo de amigos (que se autodefinían como “viejóvenes y locuerdos”) decidimos juntarnos para crear una revista-fanzine “distinta”, al estilo de la prensa underground de los años 70´s, bajo la no-dirección de Cristina F. Hierro, la única periodista del grupo.
Dada nuestra afición a jugar con las palabras, la revista se definió en sus páginas como “libre, libertaria, libertina, libérrima…and free (gratis); además de “viva, vital, vivencial, vitalista, superviviente… y vividora”. Una publicación “contracultural y de culto, hecha por incultos, que pretenden auscultar la realidad santanderina para encontrar su lado más oculto (y a quien no le guste, ¡que le den por…culto!)”. Durante unos pocos pero intensos años, la revista fue publicada con una rigurosa periodicidad: siempre salía “cuando se nos ponía de las narices” (y conseguíamos juntar algo de “pasta” para auto-financiarnos).
Ya más en serio, la experiencia fue bonita: además de pasarlo bien, la revista mostró iniciativas, lugares y personajes de la ciudad muy auténticos, que a menudo no ostentan el reconocimiento que se merecen (queríamos sacar a flote esa Santander subterránea, la “Santanderground”). Además, logramos implicar en la revista a artistas e intelectuales “ del otro lado del espejo”, de talla nacional e internacional, como: el polifacético Alejandro Jodorowsky, Pepe Ribas (director de Ajoblanco), Lolo Rico (directora de “La bola de cristal”), el poeta maldito Jesús Lizano, la escritora y periodista Pepa Roma, o el músico (sitarista) y experto en filosofías orientales, Fernando Diez.
Para preservar los cinco
números publicados, los
he incluido en la web para que pueda ser recordado o consultado por quien lo
desee, dejando claro que no se trata de una obra mía, sino de una iniciativa
colectiva en la que tuve el placer de participar.
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